El Palacio de Torre Tagle, una joya arquitectónica de la época virreinal en Perú, actualmente alberga las oficinas principales del Ministerio de Relaciones Exteriores del país. Situado en el corazón del centro histórico de Lima, a dos cuadras al sureste de la Plaza Mayor, este imponente edificio ocupa una superficie de 1699 metros cuadrados. La construcción del palacio se llevó a cabo en los albores del siglo XVIII y se completó en 1735 bajo la supervisión de José Bernardo de Tagle Bracho, quien recibió el título nobiliario de Marqués de Torre Tagle como reconocimiento a sus servicios a la Corona española.

La historia del Palacio de Torre Tagle se entrelaza con la de la élite colonial peruana. Adquirido por el Estado Peruano en 1918, el edificio colonial fue restaurado entre 1954 y 1956 por el arquitecto español Andrés Boyer. Desde entonces, ha sido la sede principal del Ministerio de Relaciones Exteriores y la Dirección Nacional de Protocolo y Ceremonial del Estado. Su valor histórico y arquitectónico lo convierten en un símbolo emblemático de Lima, fusionando elementos andaluces, moriscos, criollos y asiáticos en un estilo único y armonioso.

La fachada del palacio, de estilo barroco andaluz, impresiona con sus pórticos y arcos de piedra tallada, así como con sus dos balcones moriscos de madera tallada, elaborados en cedro y caoba. El reconocido arquitecto Héctor Velarde Bergmann elogió la elegancia y la riqueza estética del edificio, destacando su singularidad dentro del paisaje limeño. La asimetría de la fachada, con su portada labrada y el escudo nobiliario de la familia Torre Tagle, añade dinamismo y encanto a su diseño.

En el interior, el palacio deslumbra con sus amplios patios, arcadas elegantes y columnas de estilo morisco. La escalera principal, adornada con una portada de piedra y arcos trilobulados, conduce a la planta alta, donde se encuentran elegantes galerías con zócalos de azulejos y barandillas de cocobolo. El escudo de armas del Marqués de Torre Tagle adorna el techo de la escalera, recordando la historia y el linaje de la familia.

El palacio cuenta con catorce habitaciones, un comedor, una cocina y una pequeña capilla, todas decoradas con esplendor barroco y detalles moriscos. Los salones exhiben retratos de la familia Torre Tagle, incluyendo al primer Marqués y su esposa. Uno de los mayores atractivos es el carruaje del siglo XVIII, utilizado por el Marqués de Torre Tagle, que se exhibe con orgullo en el palacio.

En su segundo patio, antaño utilizado como caballerizas y cocheras, se conservan las huellas de la vida cotidiana en la época colonial, con carrozas de la época y servicios relacionados con la vida aristocrática. En resumen, el Palacio de Torre Tagle es mucho más que un edificio histórico; es un testamento de la rica herencia cultural y arquitectónica de Perú, que perdura en el corazón de Lima.