Estación de Desamparados

Ubicada a orillas del río Rímac, en el jirón Ancash de Lima, Perú, se erige la imponente Estación de Desamparados. Testimonio vivo de la historia ferroviaria del país, este majestuoso edificio de estilo académico francés se alza junto al Palacio de Gobierno. Su origen se remonta a la antigua estación del Ferrocarril Central de Callao a Cerro de Pasco, siendo bautizada en honor al desaparecido Templo y Convento de Nuestra Señora de los Desamparados, demolido en 1937 y que yace en el recuerdo de aquellos tiempos.

Concebida como la terminal principal de trenes en Lima, la Estación de Desamparados fue diseñada por el renombrado arquitecto peruano Rafael Marquina, siendo su primera obra pública. Su construcción culminó en 1912, destacándose por la adopción de métodos y materiales modernos como el concreto armado y estructuras de hierro, así como telares de malla metálica, marcando un hito en la ingeniería de la época.

El edificio se distribuye en tres niveles, con una fachada principal simétrica que impresiona con cinco cuerpos verticales divididos por imponentes pilastras de orden gigante. Elementos como almohadillado, plintos y balaustres, de estilo ecléctico, adornan su estructura, mientras un monumental reloj y esculturas coronan la parte superior, brindando un toque neobarroco a su estampa.

En su interior, la Estación de Desamparados revela un magnífico atrio central que se extiende desde el subsuelo, donde antaño se accedía a los andenes, hasta el segundo piso. Este espacio está enmarcado por tres peristilos y cubierto por un espectacular vitral de estilo Art Nouveau, que junto a la majestuosa escalera principal, transporta a los visitantes a una época de esplendor y elegancia.

Hoy en día, la Estación de Desamparados ha sido reconvertida en la sede de la Casa de la Literatura Peruana, perpetuando su legado histórico y cultural. Más allá de su función original, este monumento arquitectónico sigue siendo un emblema de la identidad peruana, recordando a las generaciones presentes y futuras la importancia del ferrocarril en el desarrollo del país y la riqueza de su patrimonio arquitectónico.

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