Procesión del Señor de los Milagros de Lima


El Cristo de los Milagros, también llamado Cristo Moreno (o abreviadamente, de Pachacamilla o de los Milagros), representa visualmente a Jesucristo y fue inicialmente plasmado en una pared de adobe, presuntamente por Pedro Dalcon (aunque su autoría es disputada), ubicada actualmente en el Altar Mayor del santuario de Las Nazarenas en Lima, Perú. Esta imagen es venerada principalmente en Lima, así como en diferentes partes del mundo durante el mes de octubre. Según la tradición popular, se cree que la imagen fue pintada en el siglo XVI por un esclavo angoleño llevado al Perú, aunque no se tiene certeza sobre quién realizó la pintura originalmente.

La festividad del Señor de los Milagros es la principal celebración católica en Perú y una de las procesiones más impresionantes del mundo.

La historia de esta imagen se remonta al año 1651, cuando se tiene registro de su existencia en Pachacamilla, según lo registrado por Rubén Vargas Ugarte. Posteriormente, se añadieron las representaciones de Dios Padre, María y María Magdalena. El apelativo «Cristo Moreno» se debe a que la mayoría de sus devotos eran de piel oscura, y además, la réplica que recorría las calles durante varias décadas tenía una tez morena.

En 1655, un devastador terremoto azotó Lima y Callao, dejando miles de víctimas y destruyendo numerosos edificios. Sin embargo, la pared de adobe que albergaba la imagen del Cristo permaneció intacta, lo que generó una creciente devoción y peregrinaciones hacia la imagen. A pesar de la oposición de algunas autoridades eclesiásticas, la veneración hacia la imagen creció con el tiempo.

En 1671, se intentó borrar la imagen por orden de las autoridades eclesiásticas, pero los intentos fueron infructuosos debido a supuestos eventos sobrenaturales que impidieron su destrucción. Ante la insistencia de los devotos, la orden fue revocada y se autorizó oficialmente su culto. Se erigió una ermita provisional donde se celebró la primera misa oficial el 14 de septiembre de 1671.

En 1687, otro terremoto destruyó la ermita, pero la imagen del Cristo permaneció indemne. Se ordenó la elaboración de una copia en óleo que se llevó en procesión por primera vez. Desde entonces, la devoción hacia el Señor de los Milagros continuó creciendo, con su participación en eventos importantes como la visita al Hospital Arzobispo Loayza a partir de 1688.

En años posteriores, eventos como el terremoto y maremoto de 1746 aumentaron la devoción popular, lo que llevó a la construcción de la Iglesia de las Nazarenas, hoy santuario principal de la veneración. La procesión anual, que se realiza tradicionalmente en octubre, es uno de los eventos más importantes en Lima, atrayendo a miles de devotos de todo el mundo. El Señor de los Milagros continúa siendo una figura central en la religiosidad peruana, representando la esperanza y la protección divina para sus seguidores.

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