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Fiesta de la Virgen del Carmen de Paucartambo

La fiesta de la Virgen del Carmen de Paucartambo es una celebración religiosa y folklórica que se lleva a cabo en Paucartambo, Cuzco, del 15 al 18 de julio de cada año, siendo el 16 de julio su día central. Esta festividad, en honor a la Virgen del Carmen, también conocida como Mamacha Carmen, tiene sus orígenes en el siglo XVII cuando la corona española envió la imagen de la Virgen a Paucartambo. La celebración incluye música, procesiones y danzas con máscaras y vestimentas locales típicas, reuniendo a paucartambinos de todo el mundo y a numerosos turistas.

En 1985, la estatua de la Virgen del Carmen fue coronada por el papa Juan Pablo II durante su visita a Perú, un evento celebrado en la ciudad del Cuzco como un acontecimiento significativo en el mundo andino.

El culto a la Virgen del Carmen se manifiesta con coloridas procesiones por las calles del pueblo, acompañadas de música, coros en quechua y comparsas que representan pasajes de la historia del Perú. La celebración comienza con la entrada, la procesión de las ceras y, por la noche, el «qonoy», que incluye la quema de fuegos artificiales y la serenata a la Virgen.

El 16 de julio, día central de la fiesta, se presentan alrededor de veinte grupos de danzas en las calles y plazas de Paucartambo. Por la tarde, la imagen de la Virgen es llevada en procesión acompañada de danzarines y bandas de músicos. Tradicionalmente, la Virgen bendice a los asistentes y aleja a los «saqras», demonios que intentan tentar al pecado a la Virgen y los presentes con arriesgadas piruetas sobre los tejados.

El día siguiente, los danzantes vuelven a las calles y por la noche se lleva a cabo la «guerrilla», una simulación de lucha entre ángeles, demonios y el pueblo. Además, se realiza una excursión al cerro Tres Cruces para observar el amanecer.

Diversos grupos de bailarines representan personajes vinculados a bailes folklóricos, tales como Qhapaq Negro, Qapaq Chuncho, Doctorcito o Siklla, Qhapaq Qolla, Ch’unchachas, K’achampa, Aucca Chileno, Misti Qanchi, Saqra, Waca waca, Qoyacha, Negrillo, Contradanza, Paucartampus, Maqt’a, Panadero, Chucchu, Danzaq y Majeño. Cada grupo cuenta con un Carguyoc, mayordomo que financia los gastos, y una banda musical que toca continuamente la melodía asignada al grupo. La participación en estos grupos es tradicional y se hereda o se obtiene por motivos especiales de honor.

En 2006, el Ministerio de Cultura declaró esta fiesta como Patrimonio Cultural de la Nación. En 2011, la Dirección Regional de Cultura de Cusco anunció la candidatura de la fiesta de la Mamacha Carmen como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad y declaró el templo que contiene la imagen de la Virgen como patrimonio nacional.

Festividad del Señor de Choquekillka

La Festividad del Señor de Choquekillka es un evento cultural arraigado en la religiosidad y el folclore, celebrado en la ciudadela inca viva de Ollantaytambo, en la región del Cusco, Perú. No tiene una fecha fija, ya que comienza en el primer día de Pentecostés del tiempo Pascual, según el calendario litúrgico. La festividad se extiende durante varios días, incluyendo preparativos y actividades posteriores a la celebración principal. Coincide en fecha de inicio con la Festividad del Señor de Torrechayoc, también importante en la región.

La celebración, dedicada a la santísima cruz del Señor de Choquekillka, se origina en el siglo XX, cuando la cruz apareció flotando en un remolino de agua en el río Vilcanota. Incluye procesiones entre la capilla dedicada al Señor y el templo Santiago Apóstol, así como liturgias en honor al Señor y al tiempo litúrgico correspondiente. Además, participan diversas agrupaciones culturales que realizan danzas tradicionales caracterizadas por vestimentas típicas.

La festividad atrae a devotos de todo el Perú y del mundo, especialmente a los habitantes de Ollantaytambo y aquellos con vínculos con la región. También es un importante atractivo turístico nacional e internacional.

En 2008, la Festividad del Señor de Choquekillka fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación, reconociendo su importancia como parte del rico corpus cultural del país y su papel en la creación de una identidad colectiva.

Celebración del Corpus Christi en el Cuzco

La Celebración del Corpus Christi en la ciudad del Cusco, Perú, es una festividad religiosa y cultural arraigada en el folclore cusqueño. Esta manifestación, que tiene lugar en junio, incluye rituales como las procesiones y la participación de diversas imágenes religiosas. El evento fue reconocido como «Patrimonio cultural del Perú» en 2004.

La historia de esta celebración se remonta al siglo XVI con la llegada de los conquistadores españoles. En el Cusco, las costumbres locales han dado a esta festividad características únicas, como la procesión de las imágenes religiosas desde las parroquias hasta la Catedral, donde se une con la custodia que exhibe la hostia consagrada. Esta procesión, además de su significado religioso, tiene un componente competitivo entre los barrios, que se acompañan de bandas y danzas tradicionales.

Diversos santos patronos participan en el Corpus Christi, cada uno asociado con un templo en particular. Las festividades incluyen la venta de platos típicos y danzas tradicionales en las calles adyacentes a la Plaza San Francisco. Además, se lleva a cabo una serie de eventos relacionados con la celebración, como la Serie del Corpus, que involucra a diferentes santos y patronos, y un registro fotográfico que documenta la festividad desde principios del siglo XX.

Historia de la Festividad de la Virgen de la Candelaria

La historia de la Festividad de la Virgen de la Candelaria en el siglo XX está marcada por una serie de eventos significativos que reflejan su evolución y la diversidad cultural de Puno. Entre estos eventos se destacan la preeminencia y transformación de diversas danzas, las restricciones sobre vestuarios tradicionales, la organización de concursos de danza y la participación exitosa en certámenes nacionales, así como la influencia creciente de las comunidades urbanas.

En la primera mitad del siglo XX, la danza de los Morenos y Sikumorenos era la más destacada durante la festividad. Crónicas de la época narran cómo estas comparsas recorrían las calles de Puno, llenando el ambiente con sus melodías y bailes característicos. En 1923, César Guillermo Ganzo destacaba la importancia de los Morenos y la Pandilla Puneña, describiéndolas como expresiones vivas del espíritu indígena en medio de las ruinas monumentales.

A partir de la tercera década del siglo XX, otras danzas comenzaron a ganar protagonismo, aunque los Morenos mantuvieron su preeminencia hasta mediados de siglo. En la fiesta patronal de 1921, se documenta la participación de danzarines de cinco estilos diferentes, lo que muestra una diversificación temprana de las expresiones culturales. En las décadas siguientes, la Llamerada disputó la primacía con los Morenos, consolidándose en la década de 1960. Para la década de 1970, nuevas danzas como la Kullahuada y la Diablada comenzaron a destacarse, reflejando la evolución y la riqueza cultural de la festividad.

Durante la primera mitad del siglo XX, las autoridades subprefecturales y municipales imponían restricciones al uso de disfraces tradicionales. Esta prohibición se acompañaba de multas y obstáculos que dificultaban la preservación de las danzas autóctonas. José Antonio Encinas y Julián Palacios Ríos documentaron cómo estas medidas afectaban la continuidad de las tradiciones indígenas, señalando la represión y el desprecio hacia la música y danzas aborígenes.

En 1929, la Municipalidad Provincial de Puno organizó el primer concurso de sicuris, buscando promover la representación de Puno en certámenes nacionales. Este evento marcó el inicio de una tradición de concursos de danza que se extendió en las décadas siguientes, destacándose la participación en el concurso departamental de 1934 y en otros certámenes importantes a nivel nacional, como los realizados en Lima en 1935 y en Huancayo en 1966. Puno obtuvo victorias significativas, reafirmando su prestigio en el ámbito del folklore nacional.

La participación barrial en la Festividad de la Virgen de la Candelaria comenzó a crecer en 1954, cuando la Gobernación de Puno organizó un concurso de danzas con la participación de conjuntos urbanos. Este fenómeno se consolidó en 1955 y 1956 con el apoyo del Instituto Americano de Arte, que fomentó la recreación y adaptación de las danzas tradicionales. Los cambios en la música, vestuario y coreografía reflejaron la influencia de los habitantes urbanos mestizos y marcaron una nueva etapa en la evolución de la festividad.

Desde la década de 1980 hasta la actualidad, la competencia entre diferentes estilos de danza se ha intensificado. Los conjuntos de sikuris y morenadas, junto con los carnavales, caporales y diabladas, han disputado la supremacía en la festividad. La participación en 1993 y 2004 muestra un aumento significativo en el número de conjuntos, destacando la vitalidad y diversidad de las expresiones culturales que caracterizan la Festividad de la Virgen de la Candelaria en Puno.